
Pero la venganza de los fantasmas japoneses no siempre van dirigidas al sujeto que causo su muerte.
En la cultura popular japonesa los onryo suelen representarse como los yurei más poderosos haciéndoles casi inmunes.
La mayoría de los onryo son mujeres porque a menudo sufrieron en vida de los abusos de sus amantes masculinos, pero tras la muerte su espíritu llega a ser muy fuertes.
Sus espíritus fueron influidos por las emociones tales como el rencor, el amor, los celos, el odio y gracias a estas mismas emociones los onryo regresar al plano físico donde infligen terror.
A los onryo se les representa principalmente con tres elementos principales:
- El kimono blanco es un kimono de luto «porque en Japón es el blanco y no el negro el color del luto».
- Cabello negro y largo y despeinado.
- Maquillaje de cara blanco.
El juego de Hyakumonogatari Kaidankai
Un fantasma japonés no se diferenciaba de cualquier otro, pero la costumbre comienza a cambiar a finales del siglo XVII.
En aquel siglo es cuando un juego llamado Hyakumonogatari Kaidankai se hace popular entre los japoneses de clase alta.
Este consistía en encender 100 velas, e ir caminando alrededor de ellas contando historias de fantasmas o kaidan.
Al terminar cada una de las historias, apagaban una vela, era algo terrorífico porque quedaban cada vez más a oscuras, e invocando así alguna presencia del otro mundo.
Así la fama de las historias de yurei crecieron rápidamente, ya que se contaban 100 historias por juego.
Pronto las historias de fantasmas se representaron en pintura y otras artes, como la representación gráfica del Fantasma de Oyuki, pintado por Maruyama Okyo.
Dos de las historias más famosas protagonizadas por espíritus onryo
Tokaido Yotsuya Kaidan
La historia de “Tokaido Yotsuya Kaidan” Se trata sobre una mujer llamada Oiwa y su bebé a los que envenena Iyemon el esposo, un samurái que pasaba por dificultades económicas, esto lo hizo para poder contraer matrimonio con la nieta de un vecino adinerado.
Owai reaparece para cobrar venganza sobre su exmarido y aparece desfigurada por los efectos del veneno.
Bancho Sarayashiki
La segunda historia es la de “Bancho Sarayashiki” de esta existen varias versiones pero la más conocida es en la que Okiku.
Okiku fue una criada de la residencia de un samurái llamado Tessan Aoyama, ella rompe uno de los valiosos platos de porcelana que estaba limpiando, Aoyama en un ataque de furia la mata y tira el cadáver en un pozo.
Su fantasma sale cada noche del pozo para contar los platos, rompiendo a llorar cuando la cuenta va por el noveno y es ahí cuando comienza con su venganza.
La forma de deshacerse de los onryo celebrar los ritos funerarios con el objetivo de que puedan salir del purgatorio y puedan reunirse con sus ancestros, o bien ellos pueden cumplir con sus objetivos de venganza, con lo cual dejan de aparecer.