
Era hace una vez en China cuando el emperador en turno encomendó al soldado Yao la misión de evitar inundaciones que causaba el río de la región.
Durante el tiempo que duro la misión apenas dormía y comía, navegando por el río llego a una pequeña isla y hambriento se puso a cocinar carne en una pequeña olla.
Como la olla estaba hirviendo no podía comer, ya que estaba muy caliente y no contaba con cubiertos “y no es que se le hayan olvidado sino que en esa época no existían ni tenedores, ni cucharas” aun así, no quería esperar a que se enfriase pues tenía mucha hambre.
Al ver que la olla no se enfriaba fue entonces cuando con dos ramitas que corto empezó a comer, y después de ese momento cada que comía lo hacía con pequeñas ramas y muy pronto todos empezaron a imitarlo, generalizándose el uso de los palillos chinos.
Aunque el origen de los palillos es chino, sin embargo, su utilización se extendió a otros piases del lejano oriente como Corea o Japón.
Aunque parezca complicado, comer con palillos chinos, una vez que te acostumbras suele ser algo bastante fácil.